El acrocantosaurio era un depredador bípedo, y como el nombre indica, se lo conoce principalmente por sus apófisis espinosa, ubicadas en muchas de sus vértebras, y que parecen haber sostenido una «joroba» encima del cuello, espalda y caderas del animal. El acrocantosaurio fue uno de los terópodos más grandes, con unos 11,5 metros de largo, y un peso de hasta 5.7 toneladas. ¿Qué esperas para vivir esta asombrosa aventura? Puedes llevarlo a cualquier lugar y compartir experiencias extraordinarias en compañía de tu familia y amigos, vive diferentes emociones, sentimientos, risas, alegría y mucha felicidad. Contribuye con el desarrollo de la creatividad, el ingenio, la imaginación, la comunicación y muchas más habilidades psicomotrices. Edad: 3 años Referencia: 302329 Marca: Safari Ltd Color: Multicolor Tamaño: 20 x 5 x 7
Safari Figura Coleccionable Acrocanthosaurus
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Acrocanthosaurus era un dinosaurio carnívoro bípedo que vivió en lo que hoy es Norteamérica durante el período Cretácico Inferior (hace 115-110 millones de años). Con casi 40 pies de largo y 6 toneladas, fue el depredador más grande de su tiempo. Como la mayoría de los terópodos bípedos, las extremidades anteriores eran demasiado pequeñas para haber llegado al suelo, por lo que no se usaban para caminar.
Nombre científico: Acrocanthosaurus , que significa ‘lagarto de espinas altas’, refiriéndose a las espinas inusualmente altas en las vértebras de la espalda.
Características: Las vértebras de la espalda del Acroacanthosaurus tienen espinas muy altas a lo largo de la columna vertebral que sirven como puntos de unión para los músculos grandes de la espalda, al igual que un bisonte moderno. Estos músculos ayudaron a sostener la cabeza grande y estabilizaron el cuerpo y la cola grandes. Puede ver evidencia de esto en la parte posterior «jorobada» del modelo.
Tamaño y color: este modelo mide 8.25 pulgadas de largo y 3.5 pulgadas de alto. Es de color marrón medio con una franja oscura a lo largo de su espalda. Ambos lados del rostro se han reconstruido en un color muy claro. Aunque no tenemos evidencia directa de esto, muchos dinosaurios, como las aves de hoy, tienen marcas faciales de colores brillantes que le permitieron al Acrocanthosaurus reconocer a otro Acroacanthosaurus y distinguirlo de otro dinosaurio terópodo similar.
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